''Aborrecer y anhelar algo al mismo tiempo era una sensación extraña. Comprendió entonces que el miedo a pudrirse en soledad superaba al que sentía por él.''
N o v e l a n e g r a
3 1 5 p á g i n a s
I S B N : 9 7 8 - 8 4 - 9 1 8 7 - 1 4 6 - 0
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9 , 9 9 € e n d i g i t a l
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S i n o p s i s :
Por tercer verano consecutivo, Lelle dedica las noches a recorrer la Carretera de Plata. Conduce buscando obsesivamente a Lina, su hija, que desapareció sin dejar rastro cuando aguardaba el autobús. Ha pasado tato tiempo que todo el mundo ha perdido la esperanza de encontrarla. Todos menos Lelle, que no se da por vencido.
Pero ese no es un verano más. A un pueblo de la zona llega Meja, una adolescente harta de aguantar la vida errática de su madre, una mujer incapaz de proporcionarle un hogar estable. Conforme se acerca el otoño, la desaparición de otra chica unirá los destinos de Lelle y Meja para siempre.
Si digo que este libro ha sido mi reconciliación con la novela negra, os prometo que no estoy exagerando en absoluto. Gracias a él he vuelto a amar este género y me han entrado muchísimas ganas de acogerlo de nuevo entre mis lecturas habituales. En mi opinión, toda la fama que ha conseguido está más que merecida y entiendo perfectamente que haya sido galardonada en Suecia como la mejor obra del género en 2018. Solo me sale una palabra para definirlo y es: LIBRAZO. Huelga decir que los lectores habituales del género van a disfrutar mucho esta novela, pero también será la delicia de los demás lectores. Es la perfecta combinación de misterio, buena ambientación y personajes bien definidos.


La historia se divide en dos partes y la narración es en tercera persona. Los capítulos se alternan con lo que aparentemente son dos historias con caminos separados, la de Lelle, el padre de Lina, la chica desaparecida; y la de Meja, una adolescente que vive con su inestable madre, ambas nueva en el pueblo de Svartsjö, en Norrland. Estos dos puntos de vista diferenciados van trazando su propio camino en la primera parte para que, finalmente, en la segunda se junten y además se añada un tercer punto de vista. Esta forma de narrar la historia ha sido un gran punto a favor de la pluma de Stina Jackson, quien ha sabido crear una ambientación buenísima y una intriga permanente a la vez que presenta muy bien a los personajes y sus respectivas situaciones. Además, los capítulos no están numerados, sino separados por una fina línea, lo que aporta al formato la sensación de estar ante un único relato, que al final, efectivamente, termina siéndolo. Y a lo mejor es ya darle demasiadas vueltas y buscarle tres pies al gato, pero que esa división en los capítulos sea tan solo una línea me ha recordado inevitablemente al título de la novela, Carretera de Plata, ya que esa carretera es el eje central de toda la historia, la misma por la que Lelle se desvela noche sí y noche también buscando a Lina y en cuya historia real se ha basado la autora a la hora de crear esta novela. Haya sido a propósito o no, he visto mucha cohesión en el conjunto, como una confirmación de que se trata de una obra muy inteligente.
Por desgracia, un drama conduce fácilmente a otro, se ramifica como una mala hierba que nunca muere y mata al resto de las flores. La tristeza es una enfermedad infecciosa. Pasa de una persona a otra, lo queramos o no.

El ritmo de los acontecimientos es muy adecuado, fluyen a un ritmo muy acompasado y no me ha faltado ni sobrado nada de lo que se describe. Se palpa que la autora tenía muy claro qué debía contar y qué no para que la novela se completase en el número exacto de páginas que ha ocupado, lo que sin duda es otro punto a favor de su estilo narrativo. Es más, en ningún momento la trama se hace previsible y hacia el final del libro hay un giro inesperado de los acontecimientos y que, no obstante, no es la típica sorpresa caída del cielo, sino que en cuanto ocurre, se entiende el porqué y todo se vuelve mucho más intenso y la intriga es todavía mayor. Afirmo tranquilamente que las últimas cincuenta páginas se leen en un suspiro.
Quizá por eso el amor era peligroso. No es que uno se quedara ciego del todo, pero se volvía inmune a las señales de advertencia.En cuanto a la ambientación, cabe destacar la belleza del paisaje de Suecia que se describe sutilmente durante todo el relato. La llegada del invierno, con su nieve y temperaturas bajo cero, se aproxima durante todo el libro, percibiendo los cambios de escenario con el paso de las estaciones. Aunque a veces se describe cruel, con frondosos bosques y casas aisladas dotadas de mucha soledad, he percibido la belleza que posee el país y me ha gustado sentir el cariño con el que la autora ha descrito su paisaje natal. Sé que sin quererlo, de ahora en adelante vincularé esta novela a Suecia y eso forma parte también del proceso de leer, el quedarse con trocitos de cada libro que te acompañan para siempre. Y en cuanto al final, que es una parte fundamental del género, esa que no puede fallar por el riesgo a arruinarlo todo, diré que en este caso me he quedado más que satisfecha. No ha sido ni muy trágico ni el típico final feliz. Personalmente, lo he disfrutado mucho.
En definitiva, Carretera de Plata es una gran lectura que no os podéis perder. Creo firmemente que este thriller lo tiene todo. Lo recomiendo con total sinceridad y con la esperanza de que llegue a más lectores de los que ya ha cosechado. Es sin duda una apuesta sobre seguro, una de esas lecturas que destacan sobre las demás por su gran calidad.
Gracias por la oportunidad de poder leer y reseñar esta magnífica novela.